27 de Febrero de 2012 |
LAS MALVINAS SUMERGIDAS

Por Pablo Makovski

Desde 2006, cuando publicara la maravillosa novela Pequeños hombres blancos, la escritora tandilense Patricia Ratto ha desarrollado una suerte de trilogía “sureña” que se completará cuando en breve la editorial Adriana Hidalgo distribuya en librerías Trasfondo, una ficción basada en la historia real de la campaña del submarino ARA San Luis en el conflicto armado de Malvinas, en 1982.
Trasfondo es una ficción, pero como ya lo había hecho en Nudos, su novela de 2008, o en Pequeños hombres blancos, en las que hay rastros autobiográficos que atraviesan el relato, para la escritura de esta nueva novela la autora entrevistó a catorce de los tripulantes del submarino ARA San Luis, hurgó en las crónicas periodísticas y visitó el museo de Submarinos de Mar del Plata y al submarino ARA Salta –gemelo del San Luis: la tradición exige que los sumergibles lleven el nombre de una provincia argentina que empiece con “s”– que continúa operando en la Fuerza de Submarinos.
Lo que de inmediato asociamos a la palabra “trasfondo” es, a la vez, lo que mejor define el clima que desatan las dos novelas anteriores. La sensación de que lo que estamos leyendo podría ser una suerte de distracción de esa otra trama que asoma en el relato, el momento fulgurante en el que la Historia se vuelve una parte decisiva de la propia vida: la presencia de un campo de concentración en un pueblito de Chubut al que llegó una joven maestra en Pequeños hombres blancos, los rosarios que fabrican unas alumnas de un colegio confesional para los soldados de Malvinas en Nudos.
Escribe Martín Kohan en la contratapa de Trasfondo: “Una arraigada costumbre cultural nos habituó a pensar que en todo trasfondo se oculta siempre una verdad: la parte más sincera de la realidad del mundo. Pero Patricia Ratto se aparta de esa convención y explora una alternativa menos usual y más estimulante: en el trasfondo, en Trasfondo, aparecen las falsificaciones, el engaño, lo irreal. También lo imposible, también lo deseado, también lo temido; en resumen, la ficción. Acaso sea, en definitiva, la mejor manera de encarar un relato de guerra. Sobre todo si esa guerra es la guerra de Malvinas, en la que nada resultó tan verdadero como la falsificación, el engaño, la ficción, la irrealidad”.
Y dice también Kohan, definiendo una característica que puede aplicarse a toda la trilogía de Ratto: “Trasfondo es una novela de guerra y una novela de espera, contada por los sumergidos en un submarino de combate. Ese submarino funciona como barco fantasma. Sus habitantes, es decir los combatientes, no saben lo que está pasando afuera, no saben lo que está pasando arriba, porque quien está en el lugar de los hechos puede ser el que menos los entiende”.
En la novela, 35 hombres patrullan durante 39 días (864 horas de inmersión) el Atlántico Sur: no ven el océano ni el cielo ni el sol, tienen desperfectos en un motor y en la computadora, los torpedos funcionaban defectuosamente, están solos y están en guerra.
A la historia real, a la soledad real de esos combatientes sumergidos, la ficción de Ratto viene a ofrecer una figura, un modo con el que esa historia pueda andar de boca en boca.