21 de Septiembre de 2012 |
Filba 2012 | Panel NARRAR EL CRACK UP | Final abierto
El debate que no hubo

por Verónica Chiaravalli

El sábado pasado, en el Filba, se discutía la relación entre literatura e historia. Conversaban el filósofo mexicano Leonardo da Jandra, autor, entre otros títulos, de la trilogía de ficción Entrecruzamientos y del ensayo La Hispanidad, fiesta y rito. Una defensa de nuestra identidad en el contexto global ; el escritor francés Laurent Binet, ganador del premio Goncourt a la primera novela con HHhH , reconstrucción y recreación del atentado que le costó la vida al jerarca nazi Reinhard Heydrich, y la narradora y docente tandilense Patricia Ratto, dos de cuyas novelas (la primera, Pequeños hombres blancos y la más reciente, Trasfondo ) se ambientan en la época de la última dictadura militar argentina.

Los tres exponían los motivos que los llevaron a trabajar con el pasado. Ratto decía que se sintió interpelada por los años de la dictadura y, específicamente en el caso de Trasfondo , novela inspirada en un episodio bélico de Malvinas, por la singularidad de que el primer relato, el relato oficial, en sincronía con los hechos, fuera falso. La literatura, en ese caso, fue instrumento para develar una verdad encubierta. A Binet, en cambio, el atentado contra Heydrich lo apasionó desde chico -por espectacular y heroico- y para contarlo, al igual que Ratto, investigó y se documentó, pero se cuidó ante cada tentación de novelizar los materiales y registró en una suerte de diario que forma parte de la propia novela todos los puntos de tensión y conflicto entre ficción e historia que se le presentaron durante la escritura.

Después de escuchar a sus compañeros de mesa, Da Jandra -que define su propia escritura como "filosofía narrativa"- señaló que él, tal vez por cortesía leería HHhH , pero que estaba cansado de los escritores que se refugiaban en la historia para construir próceres, que no tenía ningún interés en que al día de hoy le siguieran hablando de los nazis y que volver insistentemente sobre el pasado impide que las heridas se cierren. "A mí la historia me interesa para meter mi vida en ella", concluyó.

La intervención de Da Jandra provocó la aclaración amable de Binet y Ratto: claro que no se trata de mitificar ni de regodearse en el dolor, sino de iluminar el presente. En esa dirección derivó la charla, dejando en estado latente una discusión acerca del supuesto "deber ser" de la literatura, implícito en el breve manifiesto de Da Jandra y las respuestas que ocasionó. De lo expuesto se podría inferir que los tres coincidían en que hay formas correctas (y por lo tanto valiosas) de aproximarse a la historia desde la literatura, y formas incorrectas. Posición preceptiva razonable, en la medida en que tendemos a determinar lo bueno y lo bello según nuestros conocimientos y gustos, pero que se vuelve cuestionable cuando, inflexible, le niega valor a toda obra que no se le ajuste. Sería muy estimulante volver a encontrarnos con Da Jandra, Binet y Ratto para seguir la discusión..